2007 pinté este mural en la Galería Yautepec, ubicada en la colonia Condesa de la Ciudad de México, como parte de una exposición que concebí especialmente para ese espacio. Desde un inicio, la intervención del lugar fue el eje central de la muestra: no se trataba solo de presentar obras, sino de transformar la galería misma en un ambiente habitable, cercano.
El mural se encontraba en la parte central de la galería y ocupaba la sala principal. Algunos de sus elementos propios de mi obra (bicicletas, lavadoras, sillones, mis personajes…) aparecían a escala real, como si hubieran sido trasladados directamente de un hogar a las paredes de la galería. La intención era clara: construir una atmósfera doméstica, un espacio cotidiano que dialogara con la esencia de la propia galería, una casa señorial típica de esta zona de la ciudad.
En la planta alta, la intervención se expandía en forma de cuadros y dibujos míos que se relacionaban directamente con el mural y con la totalidad de la exposición.

La Embajadora de España en México me encargó un mural para la entrada de la embajada, ubicada en la colonia Polanco. El proyecto presentaba un desafío especial: la pieza debía ser móvil, capaz de trasladarse de un lugar a otro según las necesidades del espacio.
Decidí entonces rendir homenaje a un pintor murciano que admiro, Juan Márquez, quien trabajaba frecuentemente sobre soportes de madera. Inspirada en su manera de intervenir el material, concebí un mural que pudiera establecer un diálogo entre color y textura, integrando elementos de la cultura mexicana y española.
La obra refleja las singularidades y matices de ambas culturas, y está impregnada del cariño y respeto que siento por ellas y por su gente. A través de un lenguaje expresivo, el mural busca transmitir ese amor profundo y generar un encuentro entre tradición, memoria y contemporaneidad, convirtiendo la entrada de la embajada en un espacio de diálogo cultural y visual.

Realicé un mural en las paredes de una casa particular, ubicado debajo de una escalera, un espacio íntimo y cargado de singularidad. La obra buscaba contar una historia, donde se fusionaban mis elementos gráficos característicos con la arquitectura del lugar, transformando un rincón cotidiano en un escenario narrativo y visual.

Mural realizado en las paredes de una casa particular, transformando un espacio cotidiano en un lienzo narrativo. La obra surge de la intención de dialogar con la arquitectura del lugar, integrando mis personajes y elementos gráficos en la vida diaria del hogar.
El mural cuenta una historia visual, donde colores, formas y texturas se entrelazan con los rincones del espacio, generando una experiencia inmersiva para quienes lo habitan. El objetivo es crear un ambiente lleno de movimiento y expresión, mostrando cómo el arte puede habitar lo cotidiano.