TEXTIL

En 2014 creé una marca de vestidos de niñas, a la que llamé Molinda. Realicé solo una colección, porque en eso consistía la pieza. La colección se llamaba “Molinda no quiere hacerse mayor”. Es una crítica a que a las niñas se les viste como adolescentes, y los vestidos forman parte de estereotipos muy antiguos, con todo lo que ello conlleva en el desarrollo de una niña: temprana madurez, sexualización… Es como si se saltara la infancia o se quisiera pasar por ella con rapidez. El proceso de desarrollo del proyecto se realizó desde cero hasta su finalización. Fue un proyecto de arte textil completamente artesanal, era sostenible y responsable, utilicé únicamente algodones y telas ecológicas, toda la producción se realizó en España. Fue una colección de 100 piezas, compuesta con dos temporadas: otoño- invierno y primavera- verano; Tiene tres tallas diferentes, para niñas de dos a seis años. El proyecto llegó a su fin con la exposición y venta en showrooms, galerías y alguna tienda de ropa infantil. La temática tenía mucha familiaridad con mi obra: aparecían personajes, collages continuos, y mucho color. La colección incluía línea de invierno y verano; en verano estaba el vestido de paella y en invierno el de cocido… Todo evocaba la imaginación de las niñas. El objetivo primordial era que, al encontrar la prenda en un perchero, la primera impresión de la compradora fuera de entusiasmo: ¡“Oooh!”! Puedo dar fe de que, cuando una niña se ha puesto un Molinda, se ha sentido muy feliz, un testimonio verídico de la emoción y la magia que buscaba transmitir con esta colección.